Los Piratas de Teià
El martes tuvimos comida familiar. Después de los postres, el abuelo Sebastián se puso muy serio y misterioso. Nos invitó a su biblioteca y nos enseñó un libro de la historia del Maresme. Resulta que en los siglos XVI y XVII el mar estaba lleno de barcos piratas que acechaban los pueblos de pescadores. Por eso se llegaron a construir hasta 50 torres de guaita a lo largo de toda la costa. Nos emocionamos tanto con las historias de corsarios y bucaneros, que copiamos mapas, marcamos los puntos importantes y decidimos lanzarnos en busca de tesoros y galeones hundidos. Así fue como nos convertimos en los Piratas de Teià por una tarde.
Montamos tal alboroto que cuando la abuela Mercedes se enteró de lo que estábamos tramando, decidió enrolarse a la tripulación. Ya teníamos mapas, libros, los aparejos de pesca del abuelo y una brújula. A falta de loro, un servidor se ofreció de mascota. Pero nos faltaban dos cosas muy importantes para completar nuestro atuendo pirata: pañuelos y parches. Así que nos fuimos al cuarto de costura y nos pusimos manos a la obra. Es muy fácil. Sólo necesitas un pañuelo o retal cuadrado, cinta elástica negra, fieltro negro, tijeras, aguja e hilo negro. ¡Al abordaje!
Pañuelo
1. Dobla el pañuelo uniendo las puntas en forma de triángulo.
2. Coloca el pañuelo sobre la frente y lleva las tres puntas hacia la nuca.
3. Anuda dos puntas por encima del vértice del triángulo.
Parche
1. Corta dos trozos de fieltro siguiendo la plantilla. Coloca la goma elástica en una esquina, entre las dos piezas y empieza a coser el contorno.
2. Da puntadas en todo el perímetro hasta que llegues al otro extremo. Ponte el parche y estira la cinta elástica hasta ajustarla sobre tu cabeza. Marca el punto, coloca la cinta entre las dos piezas y cierra el parche.
Puede parecer una tontería, pero ambos accesorios son fundamentales si quieres jugar a los piratas y enfrentarte a tus rivales. El pañuelo te protege del sol y, en el fragor de la batalla, evita que el sudor te caiga sobre los ojos. Contra la creencia popular, no hay que ser tuerto para llevar parche. En realidad se utilizaba como visor nocturno. Cuando luchaban con otros piratas se trasladaban de la cubierta, a pleno sol, hasta la bodega del barco. Cuando llegaban al interior donde guardaban los tesoros, la comida y la pólvora, sólo tenían que levantar el parche. Como su ojo tapado ya se había adaptado a la oscuridad, no se desorientaban y disponían que una perfecta visión nocturna. Os aseguro que, con estos trucos, ¡no habrá quien nos pille! ¿Te unes a nuestra banda?
Panchito
Natación con Panchito: ¡al agua, patos!
¡Por fin ha llegado el verano! Ya sabes que la oficina de Gemser está en Teià, un pueblecito en la costa del Maresme. Así que cuando acabo con los pedidos, me gusta ir a la playa para darme un chapuzón con Bruna y Mentxi. Este año estoy feliz porque, en algunas playas, han abierto espacios sólo para perrunos. Pero, normalmente, voy a unas horas especiales para no molestar a los bañistas. Otras veces nos vamos a la piscina. Te invito a practicar natación con nosotros. ¡Al agua, patos!
La natación es un deporte muy divertido y saludable. Mejora nuestra flexibilidad, la coordinación, la agilidad, la velocidad y la fuerza muscular. Existen cuatro estilos de natación: crol, espalda, braza y mariposa. Pero yo prefiero el del perrito: saco la cabeza fuera del agua y muevo las patas como si fuera en bicicleta.
El crol viene de la palabra inglesa crawl y significa reptar. Es el estilo más rápido. Al mover los brazos como si fueran palas e impulsarnos con las piernas y los pies, propulsamos el cuerpo hacia delante. Si nos damos la vuelta, como si hiciéramos el muerto, y movemos los brazos hacia atrás, cual molinillos, practicaremos el estilo de espalda. La braza es el más antiguo de todos. Consiste en imitar a las ranas. A la abuela Mercedes le encanta. El estilo mariposa requiere mucha coordinación: hay que mover las piernas como las ranas y, al mismo tiempo, abrir los brazos como si fueran las alas de una mariposa y paladear. Por eso es el más difícil.
Si aún no sabes nadar muy bien, puedes llevar flotador, manguitos, burbujita, colchoneta, tabla o churros de flotación. Cuando vayas a la playa, no te alejes demasiado de la orilla y asegúrate de hacer pie. Y en la piscina, te recomiendo que juegues en la parte menos honda. Te lo pasarás igual de bien y tus padres estarán más tranquilos. Si ya sabes nadar, puedes empezar a bucear. Tienes que sumergirte en el agua, inspirar por la nariz y soltar el aire por la boca. Puedes utilizar gafas para que no se te irriten los ojos y un tubo para tener más oxígeno.
Para ver debajo del agua, te propongo hacer un experimento. Sólo necesitas reciclar una botella de plástico , una bolsa de plástico transparente, cinta adhesiva resistente al agua y unas tijeras. A continuación corta la parte inferior de la botella y envuélvela con una bolsa de plástico. Utiliza la cinta adhesiva para unir la bolsa a la botella. Ahora tu invento ya está listo para sumergirlo y ver el fondo marino aumentado. Así podrás encontrar muchos tesoros.
Yo siempre llevo una bolsita para guardar piedrecitas, conchas y monedas. ¡Nunca sabes lo que te puedes encontrar!
Panchito
La búsqueda del tesoro en la playa
Las oficinas de Gemser están en Teià. Es un pueblecito cercano a Barcelona, está en el Maresme, a orillas del Mediterráneo. Siempre que podemos, nos escapamos un rato a la playa. Hoy Bruna y Mentxi, las pequeñas de la casa, han quedado con sus amigos para jugar al “tesoro escondido”. Os vamos a explicar cómo se juega por si os queréis apuntar. Es muy fácil y divertido. Panchito, nuestro ayudante de cuatro patas, se queda de guardia cuidando de los libros personalizados.
¿Qué necesitamos para jugar?
El tesoro: Puede ser una piedra pintada, una moneda, un anillo, una caracola o un tapón de plástico reciclado.
Fichas para intercambiar: 5 para cada jugador. Pueden ser conchas, canicas, dados, piedrecitas… Lo importante es que sean todas iguales.
Número de jugadores: Mínimo 2 y máximo 6 para que sea rápido y divertido. Se puede jugar en grupo, pequeños y mayores.
¿Cuáles son las reglas del juego?
1. Se hacen cinco montoncitos de arena. Un jugador esconde el tesoro en uno de ellos.
2. Otro jugador da un ficha y, a cambio, elige un montoncito para intentar encontrar el tesoro.
3. Si acierta y el tesoro está allí, se cambia el turno.
4. Si no acierta, debe dar otra ficha para poder buscar en otro montoncito.
5. El juego continúa hasta que adivine dónde está el tesoro o hasta que se quede sin fichas.
Si jugáis en grupo, se hacen tantos montoncitos como jugadores seáis. Uno es el que esconde y los demás elegís dónde buscar. El jugador que acierte dónde está el tesoro se lleva todas las fichas. Si ninguno acierta, se las queda quien haya escondido el tesoro.
Recordad que si hace calor es importante irse refrescando, hay que ponerse una gorra y crema para el sol. Y, antes de volver a casa, hay que recoger todo el material y dejar la playa bien limpia. Si os animáis a enviarnos las fotos de los tesoros, las compartiremos en las redes con nuestros lectores.
Os esperamos aquí la semana que viene. Tendremos más actividades para pasarlo pipa aprendiendo este verano.
Bruna, Mentxi y Panchito